Santuario de la Virgen de Vallivana
La tradición liga la imagen de la Virgen al paso del apóstol Santiago por el lugar.
La leyenda y la tradición hacen remontar el origen de esta imagen de María a los tiempos jacobeos. Se dice que es un regalo del Apóstol Santiago, que al venir a evangelizar a los españoles, desembarcó en Los Alfaques (Tarragona) y antes de pasar a Valencia "quiso venir a nuestra Bisgargis (Morella) y como en el barranco de Vallivana se hallare un templo consagrado a los dioses de la gentilidad Júpiter y Diana, derrocó los falsos simulacros y dejó la imagen de María para recuerdo de su Misión".
Según cuenta mosén José Segura Barreda, en un libro que se conservó hasta 1840 en las Casas Capitulares, del que lo copió Antonio Martí, constaba que al año siguiente de la conquista de Morella por don Blasco de Alagón, se encontró la imagen de María en el fondo del barranco de Valllivana, lugar en donde había sido ocultada para librarla de ser destruida por los musulmanes a su llegada a la cormarca hacia 714.
El Padre Calasanz Rabaza, Sch. P., con su florida fraseología, describe así este supuesto hallazgo: "Era el año de 1234 (1233)... en aquellas dehesas de Salvassoria y Vallivana, ... en la acre ladera que mira al hondo barranco, fue sorprendido un pastor, humilde rey de aquellos desiertos, por los persistentes ladridos de su mastín, que le atrajeron a la enmarañada cueva. Creció la sorpresa ante un resplandor extraordinario que entre los matorrales se cernía, procedente de un cirio que ardía en sendo candelero. La sorpresa culminó en asombro al advertir que la lucecilla alumbraba una preciosa imagen de la Santísima Virgen... Bajo la preciosa efigie había plegado un pergamino... del cual no hubieron cuenta los indoctos".