Elche - Ruta de Elche -

Palmeral del Parque Municipal

Conquistada por Alfonso X, tuvo que ser recuperada definitivamente para la corona de Castilla por Jaume I en 1265, gracias a su habilidad negociadora.

Aunque los primeros asentamientos en el término de Elche se remontan al Eneolítico y a la Edad del Bronce, fue la cultura íbera (representada artísticamente por la famosa Dama de Elche) la que floreció en el promontorio de la Alcudia y dio lugar, con posterioridad, a la romana Illici. La llegada de los musulmanes trajo consigo un desplazamiento del núcleo urbano hacia el enclave de la actual población.

Conquistada temporalmente por Alfonso X, tuvo que ser recuperada definitivamente para la corona de Castilla por Jaume I en 1265, que la conquistó a beneficio de su yerno, ya que Alfonso estaba casado con su hija Violante. En 1296, bajo el gobierno de Jaume II es incorporada a los dominios valencianos.

Durante el siglo XVI sufrió las incursiones de los piratas berberiscos, entre éstas las de propio Barbarroja en 1522. En el siglo posterior, con el decreto de expulsión de los moriscos, perdió un tercio de su población.

La celebración del Misteri d'Elx pone en valor el magnífico valor patrimonial de esta ciudad que cayo en manos de Jaume I gracias a su hablidad negociadora y que atesora notables espacios como los baños árabes, el palacio de Altamira, la basílica de Santa María, el palmeral o la torre de la Calahorra. 

La crónica de Jaume I

"Después de tal reunión, enviamos un mensaje por un trujamán nuestro llamado La Ejea, con una carta, en la que decíamos a los de Elche que nos enviasen dos o tres sarracenos de los buenos de la villa, y que hablaríamos con ellos; debiendo tener entendido, que ningún mal les haríamos si querían consentir, pues no teníamos intención de ello; antes haríamos lo posible para ayudarles a ponerse en salvo. Enviáronnos luego dichos moros a Mahomet y a Abingalip, con otro, quienes al llegar a nuestra presencia nos saludaron en nombre de los viejos y de la aljama de Elche".
(Crónica, cap. 416)

"Nos les contestamos: que pasásemos por Elche y hablaríamos con los moros, pudiendo estar seguros de que tanta suerte nos había de deparar el Señor en tal jornada, que al punto aquellos se nos rendirían. No quisimos, de consiguiente, descubrir a nuestros ricoshombres lo que teníamos tratado con los moros".
(Crónica, cap. 419)

"Marchamos adelante; y no bien llegamos al indicado punto, cuando los viejos y los más poderosos hombres de la villa, en número de unos cincuenta, nos salieron a recibir, y en seguida nos otorgaron las escrituras y el convenio, tal como se había tratado entre Nos y su mensajero, jurándonos al mismo tiempo, que lo observarían puntualmente ellos y todos cuantos habitaban en la villa. Al llegar la hueste, encontronos ya a Nos con los sarracenos que estábamos extendiendo las escrituras; y al verles jurar, así como se había convenido en Alicante, maravilláronse sobre manera los nuestros, que no atinaban como tan pronto habíamos salido del negocio. Como era ya de noche, suplicáronnos los moros que tuviésemos paciencia hasta la mañana siguiente, pues entonces vendrían a nuestra presencia todos los sarracenos de la villa, y otorgándoles las escrituras y convenios, nos rendirían la torre de Calahorra, que era la más fuerte de Elche; en vista de cuya súplica, no pudimos menos que conformarnos a esperar el indicado tiempo".
(Crónica, cap. 420)

"Extendieron, pues, el escrito durante la mañana, y a hora de tercia quedaron otorgados los convenios y demás tratos, así como en nuestro poder la torre de Calahorra que nos rindieron, la cual encargamos al obispo de Barcelona, para que guardara a 105 habitantes y evitase que hombre alguno les talara".
(Crónica, cap. 421)