Iglesia de Nuestra Señora del Sagrado Corazón
Templo del antiguo convento de Santa Catalina de Siena, fundado en 1491 y trasladado piedra a piedra al barrio de Orriols, en València.
C/Santiago Rusiñol, 28
46019 - València☎ 963.666.465
Ubicada en el barrio de Orriols de València, la iglesia de Nuestra Señora del Sagrado Corazón fue trasladada piedra a piedra, a principios de los setenta del siglo pasado, desde su emplazamiento original en la calle de Pintor Sorolla, en las cercanías del Parterre.
El templo formaba parte del derribado convento de dominicas de Santa Catalina de Siena, fundado en 1491 por los Reyes Católicos. Por entonces esta zona había sido parte del barrio judío de Valencia y el convento se construyó sobre su cementerio.
El 26 de junio de 1492 el papa Inocencio VIII autoriza por bula papal la fundación del monasterio. Se trataba de un convento de grandes proporciones, con dos claustros de dos pisos, huertos en la parte trasera y un patio descubierto a la entrada. Rodeaba todo el conjunto un muro de cerramiento.
La iglesia en su actual ubicación está formada por una sola nave con capillas entre los contrafuertes, ábside poligonal con contrafuertes y torre cuadrada a los pies. El interior se cubre con bóvedas de crucería simple y la fachada principal es de una extraordinaria sencillez, con un óculo que ilumina el interior del templo.
Ya en el siglo XV el célebre viajero Jerónimo Münzer publicó en su libro Viaje por España y Portugal describió los lugares más destacados que visitó, entre las que figuran dos referencias al antiguo convento de Santa Catalina:
"Hay un monasterio de monjas (eran entonces setenta) llamado, de Santa Catalina de Sena (Siena), correspondiente a la Orden de Predicadores, construido muy suntuosamente hará unos dos años y cerrado con espeso muro. Hasta hace cuatro, fué iglesia de San Cristóbal, en la que tenían sus sepulturas los marranos, que así llaman a los judíos conversos que con apariencia de cristianos siguen profesando en su fuero interno los dogmas de la ley judaica. Cuando moría uno de ellos, practicaban todas las ceremonias de la religión cristiana; hacíanle un solemne entierro, llevando el ataúd cubierto con telas bordadas en oro y precedido de una imagen de San Cristóbal, también de oro; pero, a escondidas, lavaban los cadáveres, y los enterraban conforme a los ritos de su secta. Averiguado el caso, fueron muchos condenados a la hoguera y la iglesia convertida en monasterio, al cual dotaron la reina y otros varios fieles"
"Próximo a la capilla, está el convento, de sólida fábrica, rodeado de lindos jardines, y pegada a él otra amplia capilla construida con inusitada magni ficencia por la reina Isabel; todas sus paredes, desde el suelo hasta el techo, hállanse cubiertas de sambenitos de los marranos que sufrieron condena, inclusos los de aquellos que fueron quemados; cada uno lleva escrito el nombre del que lo vistió y habrá más de mil, debiendo advertirse que son muchos los que se sustraen oculta y diariamente. Cuando estuvimos en Valencia, estaban en la cárcel más de cincuenta personas, que iban a ser quemadas en término de catorce días"
Durante los horarios de culto:
Laborables y vísperas 19 h.
Festivos 10 h. - 11 h. - 12 h. - 19 h.