Los ágapes en las casas nobles
En la Edad Media existía un orden preciso para servir los alimentos en las comidas suntuosas.
La imagen de los banquetes suntuosos de la Edad Media reflejados en el séptimo arte no queda muy lejos de la realidad.
En las casas de los nobles, los grandes festejos iban acompañados de música a la entrada y a la salida de los comensales.
Una fila de sirvientes, que entraba en escena de manera suntuosa, portaba los platos y procedía a depositarlos en la mesa.
De este grupo de lacayos destacaban el copero y el trinchador. El copero servía el vino y el agua, procediendo a su mezcla si así se lo solicitaba el comensal. El trinchador despiezaba y cortaba la carne u otros manjares con destreza y habilidad, ofreciendo un espectáculo añadido.
Finalmente, el ágape podía ser amenizado con recitales de poesía, canciones, pantomimas o pequeñas piezas teatrales.
En la Edad Media era muy habitual en las casa populares comer en el mismo espacio donde se hacia la vida cotidiana, en donde, además estaba la cocina. Los nobles, en cambio, disponían de espacios reservados para los banquetes y para las recepciones.
El tenedor era un instrumento casi desconocido en tiempos de Jaume I. En el siglo XIV aparece la "broca", un antepasado del tenedor que consistía en una especie de artilugio con dos púas. En las casas apenas había un cuchillo que compartían entre todos los miembros del hogar y el pan era, no sólo un alimento básico, sino una ayuda imprescindible para llevar los alimentos a la boca.
El orden mediante el cual se debían servir los alimentos fue descrito por Rupert de Nola en su texto del siglo XVI sobre el arte de la cocina.
Recogiendo una tradición, más de nobles que de gente llana, este cronista gastronómico indicaba el siguiente orden para los ágapes:
1. Fruta
2. Potaje
3. Asado
4. Otro potaje
5. Algo cocido (excepto si es manjar blanco, que se sirve tras la fruta)
6. "Frutas de sartén" (dulces fritos) si las hay
7. Otra fruta
En medio podían añadirse más platos y se podía intercambiar el orden de lo cocido (carne o pescado) con lo asado a gusto del anfitrión.
El potaje era algún plato basado en las verduras.