Las órdenes mendicantes
La orden de los mercedarios, fundada en Barcelona por San Pedro Nolasco contó con el apoyo de Jaume I y de San Raimundo de Penyafort.
En siglo XIII aparecen unas nuevas órdenes religiosas que se caracterizan por hacer voto de pobreza, abandonar la reclusión monacal en beneficio de la predicación exterior, organizarse internacionalmente (sus miembros se desplazaban de un lugar a otro de forma habitual) y edificar conventos y monasterios en las grandes urbes y no en zonas rurales alejadas de las ciudades.
Las principales órdenes fueron las de los franciscanos, los predicadores, los trinitarios, los mercedarios y los carmelitas. Hubo un especial interés en la formación de sus frailes, ya que debían de encargarse de la predicación, acabando, más tarde, también en la enseñanza universitaria.
La orden de los mercedarios, fundada en Barcelona por San Pedro Nolasco contó con el apoyo de Jaume I y de San Raimundo de Penyafort, de la orden de los predicadores o dominicos.