Los primeros jerónimos valencianos
El primer monasterio del reino de Valencia se funda en Jávea, pero el saqueo de los piratas provoca su traslado a Sant Jeroni de Cotalba.
Los religiosos jerónimos aparecen en el siglo XIV en distintos reinos peninsulares. En su origen eran ermitaños que vivían practicando la austeridad en grupos reducidos, tratando de recuperar el espíritu evangélico de la pobreza.
En el cabo de San Antonio, en Jávea, se funda el primer monasterio del reino de Valencia. Tres o cuatro frailes se instalan en la meseta e inician vida de ermitaños. Al cabo de poco tiempo, esta comunidad llega a la docena. Para sobrevivir, trabajaban la tierra y conjugaban esta actividad con la vida contemplativa.
El monasterio construido para tal fin tuvo corta vida, ya que, en 1386, esta comunidad sufrió el ataque de los piratas, que desvalijaron el edificio, hicieron prisioneros a ocho monjes y mataron al prior. Sólo tres pudieron escapar, continuando su actividad en los alrededores.
En 1392 los religiosos cautivos fueron rescatados por Alfonso de Aragón, el Viejo, nieto de Jaime II y primo de Pedro IV el Ceremonioso, que les ofreció un lugar cercano a Gandía, llamado Cotalba, donde erigieron el monasterio de San Jerónimo, quedando abandonado el de Jávea.
Tres siglos después fue descubierto entre malezas y escombros un lienzo dedicado a la Virgen de los Ángeles, convirtiéndose en lugar de peregrinación para los habitantes de Jávea. El monasterio Jerónimo y el santuario fueron reconstruidos en 1964, lugar donde acabó instalándose el monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles.
En el término de Alzira, surgió otro grupo que imitó este estilo de vida y se instaló en el valle de la Murta. En la época de Pedro el Ceremonioso, en 1357, el alcireño Arnau Serra donó propiedades en el valle para la creación de un cenobio con la única condición de que estos ermitaños unificasen sus asentamientos y formasen una comunidad.
Para tal fin ingresaron en el monasterio de Jerónimos que había en Jávea, hasta obtener las oportunas licencias papales. A principios del siglo XV, en 1401, inician la construcción del monasterio de la Murta siguiendo las pautas habituales de la orden con una iglesia central, alrededor de la cual se ubicada el claustro y las dependencias monacales.